El plan diseñado por el Banco Central de elevar las agotadas reservas de divisas en 25 por ciento golpeó al peso además de introducir un factor de incertidumbre sobre la política monetaria.
Tras vivir el lunes 12 de mayo la mayor caída a nivel mundial tras el anuncio, el peso se mueve este martes entre ganancias y pérdidas. El ente monetario señaló que pretende agregar 10.000 millones de dólares a sus arcas desde el próximo 13 de junio, mediante la compra diaria de 40 millones de dólares.
Las reservas internacionales están rezagadas en comparación a sus pares en la región después que los encargados del Banco Central gastaran millones de dólares en defender al peso cuando cotizó en mínimo el año pasado.
La tenencia de divisas del organismo monetario se ubica en 11,5 por ciento del PIB, por debajo del máximo alcanzado en 2021. Las reservas ahora están en el mismo nivel que en 2012.
El impacto dependerá del peso, una moneda más débil estimularía la inflación y retrasaría los recortes de tasas que gran parte de los mercados esperan que inicie en julio. Pero la medida de elevar las reservas demostraría la confianza del ente monetario en la estabilidad del peso, indicando que podría reducir los costos de endeudamiento.
Liquidez monetaria
El programa impulsado por el Banco Central apunta a fortalecer la posición de liquidez internacional del país. Los efectos del programa serán acogidos a través de emisiones de pagarés descontables.
El banco detalló que las reservas internacionales tienen la función de muro de contención frente a eventos de poca liquidez monetaria. Los niveles de reservas se mantienen desde 2017 por debajo de la tasa recomendada por el FMI.
La medida busca proteger a la economía de impactos externos. El banco anunció en mayo el incremento de los requisitos de capital para las instituciones financieras, endureciendo las condiciones crediticias.
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