El mercado mundial observó lo ocurrido en Washington, durante la investidura del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que generó inquietud en muchos países.
El gobierno chileno también estuvo pendiente de los acontecimientos, especialmente debido a la incertidumbre que rodea las políticas anunciadas, como el posible aumento sobre los impuestos a las importaciones, que podría desencadenar en una nueva guerra comercial.
Las certezas disminuyen, por ello se espera algunos anuncios. Chile, tiene una economía abierta, siendo especialmente vulnerable a los cambios en el comercio internacional, sobre todo en lo relacionado a las exportaciones de cobre.
Las regulaciones y restricciones al comercio internacional que podría implementar el Trump representan un desafío para el país, debido que si las políticas proteccionistas, como aumento de aranceles, se concretan, el impacto afectaría también a China, principal socio comercial de Chile.
Las políticas económicas de Trump, como reducción de impuestos dentro de Estados Unidos, podrían estimular un mayor crecimiento en el corto plazo, pero, también podría llevar a un aumento sobre las tasas de interés, lo que implicaría una depreciación del peso chileno, haciendo que el Banco Central modere el ritmo de las reducciones en la tasa de política monetaria.
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