Los desarrolladores chinos se encuentran en «modo de supervivencia» al reducir drásticamente la inversión inmobiliaria en julio, mientras que las nuevas construcciones retrocedieron en más de una década, lo que sugiere que el sector tiene problemas de liquidez y no podría recuperarse en el corto plazo.
El mercado inmobiliario, que representa una cuarta parte de la economía, está sumido en una crisis de capital desde 2020, lo que llevó a algunas empresas del sector con problemas de liquidez a incumplir deudas y tener dificultades para terminar algunos proyectos.
Las inversiones inmobiliarias en julio cayeron 12,3 % respecto al año 2021, con la mayor caída en 2022, mientras que las nuevas construcciones por pies cuadrados se desplomaron 45,4 %, la mayor caída desde enero y febrero de 2013.
Los desarrolladores con problemas de efectivo han sufrido condiciones crediticias estrictas desde 2020 luego que los reguladores emitieran pautas estrictas sobre nuevos préstamos, preocupados por el aumento de la deuda.
Los préstamos otorgados por bancos en China a desarrolladores en julio también cayeron 36,8%, mientras que el capital obtenido en el extranjero se desplomó 200%, según datos del NBS.
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