La Misión Internacional Independiente de la ONU para Venezuela anunció que ve motivos razonables para creer que el Gobierno de Nicolás Maduro cometió crímenes de lesa humanidad en las elecciones presidenciales del 28 de julio, por medio de la persecución de opositores y represión de las protestas tras las elecciones.
Las fuerzas de seguridad estuvieron involucradas en violaciones de derechos humanos por medio de detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza, tratos crueles y degradantes, apuntando contra el SEBIN y DGCIM, al igual que contra la Guardia Nacional Bolivariana y Policía Nacional.
La ONU asegura que las declaraciones de las máximas autoridades del Gobierno de Venezuela, después del 28 de julio, incitaron a la represión y generaron un clima de hostilidad y violencia.
En anteriores informes ya acusaron al Estado venezolano de graves violaciones de derechos humanos, el nuevo informe realizado por la ONU, destaca que el perfil de las víctimas de la represión creció de forma durante las elecciones abarcando no sólo a líderes de la oposición, sino a personas común.
La represión aumentó tras los resultados electorales, cuando las autoridades, pusieron en marcha una campaña de detenciones masivas sin precedente, con un número de detenciones, que sólo son comparable a las protestas de 2014, 2017 y 2019.
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