Sostenibilidad fiscal, productividad y transición verde claves para el crecimiento del país

La OCDE cree que las perspectivas de crecimiento a largo plazo de Chile dependerán de la capacidad para reducir las barreras estructurales, crecimiento de la productividad e inversión, mientras mantiene unas finanzas públicas sólidas. 

El organismo internacional cree que estimular el potencial de crecimiento requerirá del impulso que dará la digitalización e innovación, cerrar brechas de género en el mercado laboral y aprovechar los beneficios para generar energías renovables amparados en las enormes reservas de litio y cobre.

La OCDE estima que el PIB crecerá 2,3 por ciento en 2025 y 2,1 por ciento en 2026, mientras que la inflación descenderá gradualmente hasta alcanzar 3,2 por ciento en 2026. El crecimiento será impulsado por una recuperación gradual de la inversión, sólido consumo privado y relajación de las condiciones financieras.

La deuda pública sigue siendo inferior al promedio de la OCDE, pero va en ascenso al tiempo que aumentan las presiones sobre el gasto a largo plazo. Para situar la deuda en una senda descendente, será necesario una mayor eficiencia sobre el gasto y movilizar los ingresos fiscales, ampliando el impuesto sobre la renta, reduciendo exenciones fiscales y ampliar la lucha contra la evasión tributaria.

Para acelerar la productividad se debe impulsar la digitalización e innovación. Chile tiene una de las tasas de conectividad más altas de América Latina. Aunque, el uso empresarial sigue siendo limitado.

El país enfrenta una escasez de trabajadores cualificados para las transiciones digital y verde. Por ello se requiere de esfuerzos a todos los niveles en educación y formación. igualmente, las desigualdades sociales y económicas entre hombres y mujeres retrocedió, pero se requieren esfuerzos para facilitar la participación de la mujer en el mercado laboral.

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